En Euskalherria, hace 58 años, se abrió un paréntesis... y aún hoy no sé si me arrojaron o simplemente nací. Eran tiempos de oscuridad. Luché por crecer cuanto me dejaron. En la desesperada búsqueda de la verdad, descubrí que mis raíces crecen en toda tierra, que un solo mar son los mares y que todas las sendas llevan al corazón humano. Me gusta jugar con letras y con tiempos, que es la mágica manera de sacar de la chistera del azar, flores, conejos y palomas, con los que cruzar los espejos de los sueños.
Valla, solo espero que la belleza de los robles le reanime.
ResponderEliminar¡¡¡Saludos!!!
Ya sin fuerza!
ResponderEliminarMelancólica la lluvia seguro escribia versos en las ramas de los robles con la sutileza de la ternura…besos
ResponderEliminarZarandea las ramas del roble.
ResponderEliminarQue esa lluvia sin melancolía
te bese la cara.
Fuertes robles que agradecen y necesitan el beso de la lluvia , todos lo necesitamos . Un abrazo
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